Cerca de unas 45.000 personas se concentraron en la Plaza de Colón contra el Gobierno de Pedro Sánchez por su "negociación" con los partidos nacionalistas y para pedir elecciones anticipadas. La manifestación, que fue convocada por las formaciones de Pablo Casado y Albert Rivera y que contó con el apoyo de "Vox" no logró llenar la plaza ni las calles colindantes.
En la marcha estaba representada toda la derecha, desde la que se presenta a las elecciones, a colectivos ultras como España 2.000 y Hogar Social Madrid.
A pesar de la exagerada atención que le dieron intencionadamente los grandes medios de comunicación, ha quedado lejos de las cifras de asistencia de otras grandes manifestaciones en la capital como las del 8 de marzo con motivo de la huelga feminista o de otras también convocadas por el Partido Popular.
El líder del PP, que se ha hecho de jefe de la concentración, ha exigido " el fin de la negociación" del Gobierno "con los partidos independentistas". El líder del PP ha pronunciado estas palabras apenas dos días después de que la vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, anunciara precisamente la ruptura de esas conversaciones con los secesionistas. Estas exigencias contrastan con las negociaciones que en su momentos Aznar mantuvo con la banda terrorista ETA.
Además, en la lectura del texto han afirmado falsamente que el ejecutivo de pedro Sánchez aceptó las 21 exigencias de la Generalitat. Durante la lectura del manifiesto no han faltado las referencias a defender la constitución. Sin embargo, el articulo 2 de la Carta Magna reconoce la existencia de nacionalidades dentro del Estado Español. Han defendido la "soberanía nacional", mientras que habitualmente apoyan un modelo de estado descentralizado e intervenido por la Unión Europea.
De este modo los partidos de derecha demuestran que el populismo nacionalista es la única manera que tienen de ganar votos. El discurso de extrema derecha que no había logrado penetrar en España con temas como la inmigración o el "anti-feminismo", recurre ahora al nacionalismo. Mientras tanto el paro y la crisis siguen afectando gravemente a la clase obrera española, pero tanto los medios de comunicación optan por centrarse en Cataluña o Venezuela.
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